jueves, 3 de marzo de 2011

EL JUEGO DE ROLES COMO ESTRATEGIA LUDICA PARA PROMOVER LA LECTURA EN EL GRADO PREESCOLAR




Adriana Patricia López
I.E. La Candelaria  tel: 572 16 11
adrimulata_73@yahoo.es
Tel: 528 17 98


Jugar a ser un astronauta, un enano, un príncipe en preescolar de la I. E. La Candelaria es una fantasía que abre la puerta al mundo mágico de la lectura.

Yo soy una bruja y tú eres un astronauta. Empieza la función como una alternativa de promoción de lectura. Este  tema convoca y moviliza a todo el sector educativo, donde la simulación de roles es más que un juego y se convierte en toda la dimensión comunicativa y la interacción con los demás.
Los niños y niñas de preescolar se concentran con facilidad en la representación de títeres, las dramatizaciones de cuentos y la lectura en voz alta. Por dichas razones se implementa en el aula un proyecto de promoción de lectura, donde los niños y niñas se familiarizan con el texto y regresan con las hojas llenas de colores de cada libro que llegue a sus manos.
                                                                                                                                                              

EDAD DE 5 A 6 AÑOS




Los educandos de preescolar se encuentran en la edad de cinco a seis años.  Los niños a esta edad gustan de la narración de cuentos, tienen una gran receptividad y asimilación.  Por ello captan todos los mensajes que les llegan y es entonces cuando se precisa formar al niño en el proceso lector donde lo convoque a la reflexión, y lo lleve a hablar, dialogar, narrar, describir y representar.

Por tal razón la literatura infantil debe estar presente en el aula de clase desde los primeros años de escolaridad a través de del género narrativo, con cuentos, fábulas, mitos, leyendas.  Donde los niños puedan imaginar, crear, analizar, reflexionar e interactuar con el grupo y desarrollar su competencia comunicativa.  Además la literatura infantil puede contribuir a devolverle a la palabra su poder de convocatoria frente a la invasión de la imagen y ante la degradación de la propia palabra, provocada en gran medida por el abandono en los medios de comunicación social y en algunas situaciones de relación interpersonal.

Entre los cinco y los seis años de edad, los niños reconocen la existencia de opiniones distintas a la suya; son menos egocéntricos.  Desde un marco amplio determinado por las relaciones escolares y de grupo, el niño se impone una  tarea analítica, pasa al socio-centrismo, se agrupa con iguales que comparten sus ideas y juegos, se relaciona con sus compañeros de escuela, abre nuevos horizontes a su lenguaje, aparecen los juegos con reglas y las acepta porque las fija de común acuerdo con sus compañeros y además pide que la expliquen los reglamentos, demostrando gran capacidad para trabajar en grupo.  Estas características favorecen las dramatizaciones y representaciones, las composiciones, como coplas, las narraciones en las cuales haya personajes con los que sea posible identificarse o los episodios que hables de un personaje adornado de todas las cualidades.

En esta etapa de las operaciones concretas según Piaget, el niño demuestra gran capacidad para elaborar nociones y conceptos de cantidad, volumen, tiempo y velocidad; recuerda y organiza los conocimientos y para pensar utiliza mas las palabras que las imágenes, pero si no entiende algunas palabras, les da interpretaciones fantásticas.  La necesidad de dar respuesta personal a cuanto le inquieta, favorece el desarrollo de la fabulación y la magia.

Es por ello que el acercamiento de la literatura infantil se hace a través de juego con palabras, rimas y lenguaje poético.  Los niños de preescolar encuentran gran placer en el jugar con las palabras en la rima y en el lenguaje poético. Poemas de humor con situaciones absurdas y exageradas, ya sea  sobre personas o animales.





LAS DRAMATIZACIONES O JUEGOS DE REPRESENTACIÓN



El análisis de la influencia de la dramatización en el desarrollo integral del niño a nivel psicológico, intelectual, social y estético como respuesta libre y creativa a la percepción de las cosas, dentro de los cuentos, narraciones e historietas y dentro de la vida real, han demostrado los aportes al desarrollo del pensamiento y la comunicación  en los niños de los primeros grados de escolaridad.  La dramatización, como procedimiento pedagógico socializante, es también fuente de energía creadora para la improvisación e imaginación de los niños, quienes al “estar” en otros lugares, situaciones y épocas, logran integrarse a grupos de trabajo, puesto que se trata de una actividad colectiva con determinadas reglas.

Esta actividad literaria como práctica de la comunicación oral, a través de diálogos, coros, monólogos, etc.; debe dar rienda suelta a la creatividad infantil, por esta razón los libretos no deben memorizarse al pie de la letra sino dar lugar a la improvisación.





El maestro puede velarse de los argumentos tratados en los cuentos, narraciones históricas, fábulas y pasajes con mucha acción, realizando pequeños montajes inspirados en series de televisión o del cine en las cuales participan bastantes personajes para que los niños se turnen permitiendo a la vez que ellos mismos seleccionen el papel que desean representar, sin obligarlos a que asuman roles que no estén de acuerdo con sus gustos y capacidad, ya que ésta experiencia debe ser gratificante, emotiva y enriquecedora de las vivencias infantiles.

¿Cómo fomentar el juego dramático creativo?

Para que ésta manifestación literaria cumpla su cometido debe ser considerada como un ejercicio expresivo, estético o de diversión para el niño, ni como una imposición o tarea que deba cumplirse, pude utilizarse algunos mecanismos  motivadores como:
-       Juego de expresión corporal: caminar sobre piedras calientes; un dentista sacando una muela; un vendedor negando la rebaja de un producto; un peluquero que atiende a un niño inquieto; un torero, una señora comprando sombreros; una persona en el campo cortando flores.
-       Juegos de expresión verbal: imitar sonidos, crear ruidos como el trote de un caballo, el paso de un tren; una fiesta; hacer como el viento; hacer como una sirena de ambulancia.
-       Juegos individuales o en parejas: el niño y la mamá en una visita; el perro que se desempereza; el embolador y su cliente; señoras en salón de belleza; un desfile de modas.
-       Juego de improvisación verbal: contar un hecho imitando las voces de un locutor deportivo; una viejecita, una señora orgullosa, una niña consentida, un soldado.

Es indiscutible que la dramatización o juego dramático tiene todos los recursos expresivos, pues el niño no necesita  nada además de su propio cuerpo, factor que contribuye a la libre expresión y a la creatividad, sin embargo, el maestro puede recurrir a los accesorios, que pueden ser los mínimos, como el maquillaje, una flor, un sombrero, un pedazo de tela puede ser capa, manto, bandera, unos anteojos y un bastón.  Es indispensable la motivación que sepa inculcar en sus alumnos porque ¿cuál niño no se emociona con el hecho de ser por un momento el cazador que vence al lobo feroz, o el príncipe que despierta con un beso a la bella durmiente?. O ¿Cuál niña no sueña con se la princesita de los rizos de oro, o Caperucita Roja que canta por el bosque?
Porque la acción dramática saca al niño de su mundo habitual para crear otro y esto es gratificante y los empuja a la espontaneidad.

Representar, asumir un rol contribuye a mejorar espacios de socialización, de convivencia y de acercamiento al mundo de la lectura.

El maestro actual debe seguir encantando con la palabra para que sus educandos sean princesas, monstruos, lobos, abuelos, flores, cazadores y donde el aula de clase sea un escenario para representar con la palabra.

Bienvenidos “Que empiece la función”